Análisis de Fotografía

 

Análisis de Fotografía

Agustina Safarian

Iluminación y Cámara I: Cátedra Valansi 2021

 

Esta imagen pertenece al fotógrafo argentino Marcos López, y forma parte de una serie de retratos tomados por él entre los años 1984 y 1992, recopilados en su libro Retratos.

A pesar de no estar especificado en su nombre, habiendo trabajado en esta misma serie de retratos con cuartos de su hogar, donde se ven muchas fotografías y decoraciones en la pared, podría concluir en que este salón forma parte de la casa de la infancia de Marcos López. El uso del retrato dentro del retrato (léase, ver las fotografías con personas retratadas dentro de la propia imagen del autor), es algo que ya ha realizado López a modo de arqueología personal. Esto me lleva a inferir que no solo se trata de su casa, sino que el personaje de la fotografía es una madre, una abuela, una tía o alguna familiar cercana al fotógrafo. No me sorprendería, tampoco, que el propio autor esté en las fotografías de la pared y la mesita de luz. Esto le da un peso importante a la obra en contexto con las otras que ha realizado: le aporta un carácter documental de su vida, de revisión e introspección.

Comenzando a hablar del aspecto técnico de la obra, podríamos afirmar que se trata de una toma directa, con un fondo escenográficamente armado, pero sin intervenciones posteriores. Vemos que, a pesar de que todo lo que está dentro de la fotografía está sumamente cuidado, no se pierde el clima hogareño. No se ve nada artificial, sino que verdaderamente parece que el espacio es literalmente de esta forma.

La iluminación pareciera tratarse de una natural, o al menos, la simulación de una de ese tipo. Todos los rayos de luz vienen bastante duros del costado izquierdo de la cámara, justo donde se encuentra una planta. El posicionamiento de esta última de lleno frente a la fuente lumínica me hace pensar que allí hay una ventana, por la cual entra la luz que genera esas sombras marcadas en la pared clara.

En la fotografía de Marcos López se puede apreciar una cámara de altura y angulación normal. Esto permite que imaginemos la perspectiva del autor, es decir, ver a su potencial familiar en su potencial casa desde sus ojos, como lo hubiera visto él. Está, probablemente, tomada con un lente estándar y bastante básico, ya que por la época en la que fue tomada, no puedo imaginar un lente más moderno. Asimismo, no le interesa al autor mostrar los costados del encuadre, sino focalizar en su personaje y su fondo, situados justo frente a la cámara, sin pasar los 60°. Siguiendo el pensamiento, entonces, de que se trata de este tipo de lente, estaríamos hablando de una distancia focal media, de entre 25mm y 65mm.

Dicho lente, además, está dejando pasar mucha luz (proveniente de la supuesta ventana que damos por hecho, como se dijo anteriormente, se encuentra a la izquierda de la cámara). Ergo, podemos asumir un diafragma bastante abierto. Dicha cantidad de luz, asimismo, nos hace plantearnos el valor del ISO. El mismo podría estar bastante alto, ya que la calidad se pierde un poco en detalles específicos (por ejemplo, si ampliamos la cara de ella, vemos que es difícil determinar, alrededor de sus ojos, donde termina su piel y dónde comienza el antifaz). Por último, considerando la velocidad de obturación, tomaremos la misma como media o rápida, ya que no hay desenfoque alguno en la imagen.

Dejando el aspecto técnico, y pasando más a un plano conceptual, podemos comenzar diciendo exactamente, y de forma básica, lo que se ve en la foto: una mujer con antifaz y tapado sentada contra una pared llena de decoraciones y fotos, y al lado de una pequeña mesa, también con fotografías.

De esta brevísima descripción se pueden desprender varias preguntas: ¿Por qué la mujer lleva antifaz? ¿Por qué ella está ubicada en ese lugar en específico, entre la planta y la mesita? ¿Cuál es el propósito de mostrar tanto el fondo?

Analizando la fotografía un poco más allá de lo que se ve a simple vista, considero que ella, como personaje, está ubicado como un objeto más de la escenografía. No está despegada del fondo por la luz, de hecho, proyecta la misma sombra que los objetos. Este factor, sumado al antifaz, la hace parecer un elemento teatral, estando en composé con su contexto. Si las fotos del fondo representan el paso de una vida, la figura humana sentada frente a ellas en su ancianidad nos muestra la actualidad.

Ella, además, no está vestida de forma cotidiana. Su tapado de piel y su antifaz denotan no solo algo teatral sino algo especial, un evento en cierto punto extraordinario. En otras palabras, una ocasión digna de fotografiar. Aquí entonces, volvemos a la foto dentro de la foto: nuestro personaje es fotografiado, con toda la preparación que eso implica, pero es yuxtapuesto con su vida dentro del mismo plano.

A pesar de que, siguiendo la línea de pensamiento de que se trata de la casa y la familiar de Marcos López, estaríamos hablando de una fotografía extremadamente personal, también es interesante leerla como una de tipo universal. Esto se basa en lo anteriormente dicho, en la contraposición de la vida pasada y la actualidad, y en ser un objeto más de la propia casa cuando ésta es verdaderamente nuestra. Ambos tópicos son, entonces, universales, de los cuales López ha realizado una lectura propia, poniéndose como ejemplo.

En una lectura completamente personal de la imagen, considero que esta obra de Marcos López es por demás interesante, principalmente por los elementos que la componen, y por la posible lectura que se viene recorriendo, sobre una documentación de la arqueología personal. Sin dudas, la imagen evoca a la memoria emotiva, y como espectadores nos lleva a recorrer nuestras propias paredes, fotos y a nosotros mismos, como parte de nuestro presente y nuestro pasado.

Siendo honesta, creo que se me ha asignado esta imagen debido a su teatralidad, pero también por dicha memoria emotiva. Respecto a lo primero, el teatro ha sido algo con lo que he intentado trabajar todo el cuatrimestre, y que me ha servido como inspiración más de una vez. Sin embargo, también he trabajado con la memoria emotiva, siendo esta mi puntapié inicial para los trabajos de retrato, donde tomaba un aspecto de mi vida actual o pasada, y desarrollaba una imagen desde allí. Considero que, quizás, y sin darme cuenta, comencé con mis trabajos un camino de arqueología personal, que el trabajo de Marcos López en cierto punto me inspira a seguir.

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